Inspírate con tu IKIGAI
10 pasos para encontrar tu propósito
En mi profunda credibilidad por el potencial en el ser humano y en la insaciable vocación como psicóloga por desarrollar y acompañar a otros a encontrar ese propósito de vida; pero no cualquiera, si no uno real, llegué a Ikigai.
Ese sentido de vida que está provocado por preguntas profundas; alineado a las motivaciones, a las características de cada uno de nosotros, a nuestros miedos y las ganas de servir para entregar nuestros dones al mundo. Lo ideal es que sea tan fuerte que logre movernos como cohetes y nos soporte en los peores momentos de vulnerabilidad.
Ikigai es un concepto japonés que significa «razón de vivir» o «razón de ser». El término se compone de dos palabras: Iki= vida y gai= valor. Es eso que nos da sentido, lo que nos hace levantarnos de la cama motivados a vivir plenamente; nos proporciona actitud de hacer las cosas con ganas, desde el corazón.
¿No les parece apasionante? Es como esa pila en el corazón que nos llama a querer vivir, y no de cualquier manera, sino hacerlo con alegría. Vivir y sentirnos plenos; es la mezcla perfecta entre la realización como seres humanos y servirle a los demás. Se convierte en esa flecha que nos dicta el camino por el cual podemos recorrer nuestra vida, siendo esta más satisfactoria.
¿De dónde surgió el concepto Ikigai?
Esta palabra se volvió muy reconocida en el mundo gracias a Okinawa, una de las islas japonesas con mayor cantidad de personas longevas, es decir, con 100 años o más. Por supuesto, esto ha generado mucha curiosidad, llevando a personas de todos los campos profesionales a realizar investigaciones, de las cuales han surgido muchas respuestas. Pero, en todas las investigaciones hay una en común y es: Ikigai.
Los centenarios en su mayoría dicen tener una razón de vida, los satisface levantarse de sus camas el hecho de cumplir su propósito. Lo interesante del tema es que cada quien lo elige, es un tema profundo y subjetivo, no es el mismo ni será jamás igual al de otra persona.
Unos dicen que es su pesca, otros sus hijos, nietos, el atardecer, el café de la mañana, su casa, las montañas, su pareja, etc. La razón de vivir de cada persona es única y poderosa en todo sentido.
¿Por qué les hablo entonces de Ikigai y los invito a ir en busca del propio?
Fíjense, vivimos en una época supremamente veloz; la globalización, la tecnología, el relacionamiento competitivo. En fin, son muchos los aspectos que nos retan a perdernos en el camino. Qué mejor que tener un guía en el corazón y en la vida que nos proporcione estabilidad y conocimiento sobre nuestro ser, y cómo podemos trascender con quienes somos en el mundo.
Quiero entonces recomendarles los siguientes puntos de partida para encontrar su propio Ikigai:
- Ir a lo más profundo de nuestro ser. Comenzar una búsqueda incesante de autoconocimiento como fuente principal de todo. Si no sabes por dónde empezar busca ayuda de expertos: psicólogos, mentores, coaches, terapeutas holísticos, etc. A partir de herramientas súper poderosas podrás ir más allá de lo esperado.
- Sigue tu intuición. Ten en cuenta que al vivir esto no encontrarás respuestas matemáticas, respuestas exactas. Es un proceso mucho más intuitivo; requiere de tu tiempo, dedicación, paciencia y compasión.
- Sal de tu zona de confort, ya que debes salirte del rumbo veloz que emprendiste para hacer pausas en el camino y dedicarte a disfrutar de momentos aparentemente inútiles, sin sentido. Es decir, ¡volver a lo básico!
- Despierta tus sentidos. En busca de tu Ikigai debes permitir que todos tus sentidos se expandan, se potencialicen. Permitirte experimentar los detalles de las cosas y convertirlo en un hábito, que permanezcan en tu día a día sin excusa. Ej: perderte en un paisaje, tu alimento favorito, el abrazo de tus seres queridos, brincar como niño, en fin lo que quieras…
- Conéctate con la naturaleza ¡Recarga tu ser con su sabiduría!
- Ir a los detalles. Sentir el placer de lo “pequeño” y de los instantes que lo rodean.
- Escucha tu cuerpo. Entiende sus señales, los dolores físicos muchas veces son causados por tus emociones.
- Revisa tus máscaras. ¡Vuelve a tu esencia, a lo auténtico!
- Replantea tus creencias. Cuestiona y dictamina qué creencias dirigen hoy tu vida de manera consciente o inconsciente. Asimismo, dáte la oportunidad de crear nuevos acuerdos que respondan a lo que tú quieres y no a lo que otros esperan de ti.
- Dale a tu corazón el timón del barco de la vida. Escuchando esas corazonadas llegarás y disfrutarás del puerto de tu vida, el único que hace sentido para ti.
¿Entonces qué esperas?
Te invito a que disfrutes este camino de la curiosidad, de encontrarte con lo más hermoso de la vida: ¡Tu Ikigai! y también, porque no, poder compartirlo con otros.
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